25 enero 2007

Ecos franciscanos

La voz universal no sabe de guerras, nanotecnología, modelos económicos, transplantes de rostro, teoría posmoderna, países, banderas, racismo. Un tipo de 56 años que escribe en un portal de Creación Literaria tiende un puente con algún loco del siglo XII que se le ocurrió cuestionar si las opulencias de la Iglesia Católica tenían algo que ver con lo escrito en los Evangelios, y si tal actitud de superioridad ayudaba realmente a los pobres, a la humanidad.

La voz universal se guarda al interior de cada ser humano. El contexto, la experiencia y la naturaleza del individuo es el que ayuda o no ayuda a descifrarla, pero es evidente que hoy, como hace 800 años, se sigue luchando en contra del deseo desmedido (disfrazado de guerras antiterrorismo o de créditos bancarios), en contra de las contradicciones institucionales (como las que se les descubre a varios tipos de Iglesias, o las de la corrupción en los servidores públicos), a favor de la potenciación del hombre: de su libertad y felicidad, de su conciencia y su pureza, de su humanidad:

Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga confianza;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz
y donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Haz, en fin, Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.

Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado
y muriendo se resucita
a la vida que no conoce fin.

La voz universal ha tenido mayor eco en grandes nombres como Leonardo da Vinci, Jesucristo, Saint Germain, Pitágoras, Hermes Trismegisto, por mencionar a algunos viejos conocidos dentro del esoterismo y la religión. Hoy en día esa voz es fácil de identificar en hombres y mujeres como Leonardo Stemberg, Rubén Carbajal, Federico González, Francisco Ariza, Barry Sears, tantísimos científicos capaces de crear rupturas con los duros moldes de sus disciplinas o éstos bloggers que buscan y buscan como locos benditos:
Gloria F
Xigna
Arwen
Galafer
La Senda

En éste post me acompañan los textos de San Francisco de Asís por el simple hecho de que es de lo más reciente que he sabido, ya sea por lecturas o por pláticas con mi mujer.

Nombres que empezaban con “San” siempre me habían parecido institucionales y por ende, poco interesantes. Tampoco me atraían vocablos como “Señor”, “oración”, “fe”. Sin embargo la literatura, el cine, el esoterismo, la filosofía, las religiones, me han hecho ser menos prejucioso, lo cual me ha abierto caminos deliciosos, entre ellos, la biografía de éste personaje (aquí un post más biográfico).

Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,

porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.

Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

El conocimiento no puede obtenerse, únicamente, en las aulas o en las bibliotecas, también se obtiene a través de la intuición, a través de acercarse al otro sin prejuicio, ya sea leyendo su blog o escuchándolo en un café. Esto también será amor, comunicarse sin prejuicios es ser humildes, puros, sencillos, es una forma contemporánea de adaptar el legado de Francisco, es una forma perpetua de alcanzar la potenciación humana.

(Feliz año a todos los lectores que echan un vistazo por aquí de vez en cuando… 25 días después, pero es que no había prisa por publicar, esa mesura es algo que busco constantemente: hacer todo lo que quiero hacer en su tiempo adecuado)