07 noviembre 2006

El engarzado imperio de una esfera

La poesía es perfecta para el destierro de lo obvio. Lo evidente en ella es el éxodo, el camino menos directo, ese que forma puentes, atajos, pasadizos, conexiones, sombras, rutas siniestras, descansos en sombra, terrazas naturales de luz. La poesía es la forma de penetrar en la imagen y traspasar su frontera para llegar a ser no sólo el que la observa sino también el que incide en ella. No sólo miramos como se mira al automóvil de enfrente a la hora del tráfico. No. Se mira como quien se ve por vez primera en un espejo, como quien se reconoce en la mirada de quien ama, como quien ve un paisaje luego de mucho tiempo de encierro. Se es un observador cuántico...

Con la poesía pasa que reordenamos nuestra manera de entender la realidad; comprendemos que no sólo puede ser entendida ésta a través de ecuaciones lógicas, de deseo, de acumulación, de ego; que siempre hay otros mundos, otras posibilidades, otras formas de ver lo nuevo dentro de lo viejo, de ver lo bello dentro de lo que ya se ha visto tantas veces por tantos otros en tantos otros tiempos. Por eso es infinita. No hay mucho qué hacer al respecto. Nuestra naturaleza es la inconformidad con los cánones, y a veces éstos no dicen cómo diantres se colman las búsquedas, cómo diantres se es dichoso entre tanta costumbre de represión, cómo diantres se obtiene la mirada propia, la voz propia para clamar en el desierto.

Leer poesía no es fácil, pero tampoco difícil. Es sólo cuestión de concentración, de no prejuzgar al poeta como un ser superior ya que, por su misma naturaleza, es sólo un ser equivalente (académico o no, intelectual o no, escritor o no), un ser con su propia experiencia, su propia búsqueda, su propia luz, su propio YOSOY. Pero también es cuestión de juego la poesía, basta con ver que las palabras que forman un poema no son convencionales, no están acomodadas de manera convencional, tampoco solemne, sólo están ahí, desarrollando su propio universo, así como lo hacemos cada uno de nosotros: con las herramientas de la realidad nos vamos formando un sentido.

La poesía está siempre, inclusive lejos del poema: todo aquel que sienta por un momento dicha, pasión, libertad, luego de lo habitual como un paisaje o un rostro, o de extrañamiento como el de un encuentro o una lluvia inesperada, o bien en la tristeza, la nostalgia, la esperanza, estará haciendo poesía, esa característica extraña de los observadores edénicos.

Pero Julián, el hermético, alza la mano y se sube al estrado para hablarnos de signos inagotables, de correspondencias perpetuas, de mensajeros y mensajes:


ÓNIX

Miedo de tanta señal
echada en una sola piedra.
La claridad del limbo,
la turbiedad del mapa,
el engarzado imperio de una esfera
acuchillado por sus vetas.

Imperfecta señal, si se quiere, pero
miedo: pardo y traslúcido tú
pegado como tú a un resto de cuero,
el ónix como adorno; roca
de agua y aceite; una semilla
de cristal astillado en la dureza
de la luz –su más hondo mineral.

Miedo de la señal,
pero no de la cosa (echada,
en sí, como a un lago de viento,
como a una pradera sin gravedad:
duerme mirándose ciega, ojo
de la extraviada y muda
pureza material): miedo
de su ocasión de talismán
–cáscara de un símbolo,
runa en la garganta,
lámpara amputada a un alba
mórbida–, su voz como de tribu en celo,
la pátina caníbal de su tacto en el pecho.

Un espejo de la primera hoguera. Un dije
del que vienen todos los muertos. Miedo
de tanta señal.

Julián Herbert

Poema que yo hubiera querido haber escrito (aunque de algún modo lo recreo (lo poetizo)) cualquier tarde de esas de paseo y charla, de lucky strike engabardinado, de París-pocket, de invierno en llamas.

9 comentarios:

alida dijo...

Tienes razón en decir que leer poesía no es fácil y solo es concentración, yo agregaría que es animo y el momento que mas uno necesite, linda poesía de Julián Herbert,”Onix”

MeTis dijo...

gracias por tus palabras. te mando un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

gracias por tu visita y por los comentarios de mi voz

Beti Confetti dijo...

jojojo pues ahora si que ¿quién sabe dónde me leíste? no conozco a ningún contacto tuyo y ¿qué dije? no suelo ser tan graciosa o ¿si?

ahí te mando el boletín, gracias por pasar a visitar y que bien que te haya gustado el blog, cada bobería que digo jijiji pero ya subiré fotos o pintus en cuanto las acabe claro...

yo tampoco las conocía y si se parecen a todos esos yo creo más a cibbo matto ahí si conoces grupitos me avisas porfis, excelente miércoles.
{*u*}

Shadow dijo...

es más complicada de lo que parece vdd?
gracias por tus comments en mi blog, aquí me tendra seguido leyendole

Anónimo dijo...

buen texto..
saludos y felicidades tu buen blog..

Sonia Betancort dijo...

Querido Ceudónimo: Quizás en nuestra manera de definir la poesía está nuestro mundo poético. tú tienes muy claro que la poesía es visionaria, profética, imprescindible. Así será también con tus palabras. No las pierdas de vista. No dejes de preguntarte. Un abrazo y gracias

Isabel dijo...

Poesía es el fluir del alma, quizás apretada, quizás enamorada, quizás enojada, quizás agonizada...
Gracias por tu visita, pasaré a leerte. Saludos

ItoCuaz dijo...

Querido ceudónimo... Vi tu comment en mi blog y te regreso la cortesía. En verdad este ultimo post me parecio genial, simplemente magustral. Las letras, para mi, son catarticas... Nada de curanderos o curamientos, la cura de todo sale de ti mismo. Sinceramente, yo no me considero poeta, de ninguna manera, pero por ahi dicen que escribo muy bien... A saber, sinceramente, la poesia no es lo mio, lo mio es escribir, venga lo que venga.
Por otra parte, creelo o no, nunca he escuchado la cancion que mencionas de Lenon y evidentemente es muy semejante a mi ultimo post ¿Cuántas palabras han sido usadas ya? ¿Dónde esta la verdadera originalidad?

Un Saludo